jueves, 10 de julio de 2008

¿Que nueve años no es nada?

Enrique Núñez - Contracara

    

Aunque parece que fue ayer, la realidad es que esta ciudad cambió dramáticamente en menos de una década.

Hace nueve años que apareció por vez primera la Revista Intolerancia, la vida en Puebla era simplemente distinta.

En el campo revistero, el campo estaba prácticamente desierto.

Sin el ánimo de lastimar, solo existía la eterna revista Momento, con todas las limitaciones que la marcaron desde su nacimiento; y por ahí alguna otra revista.

Para decirlo en una frase, simplemente no había competencia.

Sin embargo, el reto no era competir, sino dejar huella.

Por eso es que nos propusimos hacer la mejor revista de Puebla.

Y —a reserva de la opinión de cada lector— en ese momento lo conseguimos.

En aquel escenario nació Intolerancia.

Nueve años después, el mundo revistero poblano creció de manera insospechada.

El que no tiene su propia revista está fuera de moda.

Han nacido de todos los tipos, perfiles y para todos los gustos.

Unas efímeras y algunas prometedoras.

Las revistas de sociales se han convertido en el pan diario de cada día, aunque también aparecieron algunas otras políticas y otras más empresariales y hasta infantiles.

Y pensar que cuando salimos con el primer número de Intolerancia, el clamor popular era que estábamos locos.

Es evidente que el mundo de las revistas se convirtió en parte fundamental de los medios poblanos.

Me queda claro, que muchas murieron, otras están muriendo, y unas más harán lo propio en los próximos meses.

Solo sobrevivirán las que ofrezcan la calidad que el mercado exige.

Me atrevo a decir que solo revistas como Rostros, Imagen, 360 grados, Cover, Animal Político, Fortuna y alguna más sobrevivirán a la guerra de la competencia.

Las demás, pasarán sin pena ni gloria, mientras la revista Intolerancia espera cumplir su primera década de vida.

 

¿Y los diarios?

Cuando apareció Intolerancia, existían diarios que hoy solo pueden consultarse en las apolilladas hemerotecas poblanas.

En ese entonces, el AL de Puebla soñaba con destronar al Sol de Puebla, como si los habitantes de esta conservadora ciudad, estuvieran dispuestos a romper con sus tradiciones, por un mero decreto.

Por su parte, El Universal de Puebla, hacía esfuerzos desmedidos para hacer el periodismo que todo idealista ha soñado.

Nueve años después, ni el AL de Puebla, ni el Universal existen.

Ambos sucumbieron, mientras nacía el proyecto Intolerancia.

Hoy, existen nuevos periódicos como Milenio Puebla, El Heraldo —en su versión actual—, El Columnista, Puebla sin Fronteras y alguno más que escapa a mi mente.

Todos luchando por sus propios intereses, todos peleando por sobrevivir en esta sangrienta lucha por el poder.

 

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

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