lunes, 7 de enero de 2008

Periodista y Expresidente en Cena de Amigos

ENCUENTROS DE FIN DE AÑO.

            La pasada temporada decembrina siempre es oportunidad de reunirse con amigos y compañeros de trabajo en no pocas celebraciones, comilonas y brindis. Y en varios de esos convites en los que uno participa, también te encuentras con otros grupos o te topas con reuniones dignas de comentar.

            Dos de esos encuentros llamaron mi atención.

            El primero, en el restaurante Italiannis de Angelópolis, donde pude observar desde lejos una amena comida-charla entre mis también amigos Alejandro Mondragón y el ex Presidente Municipal Luis Paredes Moctezuma.

            La cosa no sería tan digna de comentar, si no es porque la charla poco a poco comenzó a subir de tono y terminó en acalorada discusión que terminó por llamar la atención de muchos comensales.

            ¿Cuál era el motivo de la discusión? ¿Quién reclamaba a quién? Pues quién sabe, aunque yo a ambos les mando mi amistad y deseos de que todo se arregle.

            El otro encuentro también fue a finales de diciembre. En un discreto bar de la Avenida Juárez, atendido por guapas mandiles, me encontré con un fino grupo de amigos panistas.

            En una mesa departían nada menos que los expresidentes del CDE del PAN, Juan Carlos Espina Von Roehrich y Eduardo Rivera Pérez (también flamante Diputado local plurinominal). Acompañados de otro buen cuate, Luis Enrique Palacios, talento electoral poblano hoy desperdiciado y exiliado por Rafael Micalco y compañía. Exalumnos míos los tres, pero sobre todo, bueno amigos.

            A la mesa se agregó después el ex niño verde poblano, Gustavo Díaz Ordaz Castañón y otro más, acompañante de éste último.

            ¿De qué se discutió esa noche? ¿Brindis de la unidad? ¿De desagravios? ¿Planes futuros? ¿A qué llegó Gustraguito? Quién sabe. Pero de que cortaron a Rafa Micalco, es un hecho.

 

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