Esto escribió Mario Alberto Mejía el día de hoy
13 de febrero de 2007
en el Periódico Cambio (Puebla-México)
La quinta columna de Mario Alberto Mejía
De Cómo el Quintacolumnista se Transformó en Fruto del Pecado. Justo a unas horas de que el Escándalo Marín cumpla un año, un funcionario del gobierno estatal, Fabián Gómez Hernández, incurrió en dos acciones que hablan muy bien del nivel en el que se mueven él y su jefe, Javier García Ramírez, secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas: la amenaza y el denuesto.Veamos.Como el lector se enteró la semana pasada, con voz pastosa Gómez Hernández amenazó de muerte a quien esto escribe a través de un radio Nextel.
Ayer, en las páginas de El Sol de Puebla, y a través de una inserción pagada, el propio Gómez Hernández publicó a una plana un texto que data de noviembre de 2002 y que arremete visiblemente en contra del quintacolumnista.
Dicho texto –refutado en su momento por la persona que aparece como supuesta autora- ha tenido una curiosa travesía, pues cuando menos ha sido publicado cinco veces, y en diferentes medios, por distintos personajes.
Lo interesante es que se ha recurrido a él cada vez que alguien se ha sentido agredido por el propio quintacolumnista.
Sobra decir que a estas alturas dicho libelo provoca las mismas reacciones que generó en su origen: un ataque de risa y una dosis exacta de pena ajena. Y es que el texto citado dibuja a un servidor como un auténtico monstruo –o mostro- de la naturaleza, capaz, faltaba más, de asesinar, violar, seducir y pergeñar hijos idiotas, todo esto con el beneplácito de las autoridades judiciales, quienes han sido incapaces de integrar una sola averiguación sobre estos temas pese al carácter obsesivo del delincuente… O sea: yo.
Por si fuera poco, dicha rata de caño –léase otra vez “yo”- pasa de un sexo a otro como Pedro por su casa.
Ah: y presume de tener influencia en el ámbito político y judicial.En síntesis: el depravado de marras se ha venido burlando de todos y de todas sin que el hacha de la Justicia haya caído sobre su cabeza.Y es que, joder, al quintacolumnista lo mismo lo han protegido Manuel Bartlett y Melquiades Morales que el mismísimo Mario Marín.Quizás por eso, indignado ante tamaña complicidad con el chacal, el jefe de prensa de Javier García Ramírez se atrevió a romper el silencio y a denunciar públicamente –como otros cuatro personajes lo han hecho con anterioridad- a quien es un auténtico cáncer par el ejercicio de las buenas costumbres.Hasta aquí todo pareciera ser impecable.